Las normas están para romperlas

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Hablamos de las normas cinematográficas por supuesto, las otras ya son responsabilidad vuestra. La cuarta pared, hacia donde tienen que mirar los actores en un diálogo, el raccord de continuidad en las escenas, todos estos aspectos hay que cuidarlos al milímetro para que una secuencia tenga significado y no haga al espectador trabajar más de lo debido.

Pero como en todos lados, hay directores que van más allá y juegan con esas normas hasta el punto de violarlas literálmente. Es el caso de David Lynch en Mulholland Drive, Robert Rodriguez en Abierto hasta el amanecer o Lars Von Trier en Dogville. Os dejamos con un video que recopila algunas de estas películas y el motivo por el que rompieron las reglas.

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