INGMAR BERGMAN: EL GENIO CREADOR DE «EL SÉPTIMO SELLO»

l hijo que él tenía con otra mujer es de la misma edad o mayor que su nueva esposa. Además desde que se casaron no han tenido nunca relaciones. El espera pacientemente a que ella esté preparada, pero ella no tiene muy claro todavía a quién ha entregado su amor, si a su marido o al hijo de éste. (Fuente).

Y entonces llegamos a la genuina, magnífica y maravillosa El séptimo sello y es que cualquier adjetivo positivo se queda corto para calificar esta historia ambientada en la Edad Media que muchos han considerado un hito en la historia cinematográfica. Vio la luz en 1957 y todavía hoy debe ser un referente por ese guión tan bien elaborado, una puesta en escena – en blanco y negro – perfecta y una obra final con muchos mensajes que ofrecer.La historia que nos cuenta esta película podemos resumirla así: “Un caballero regresa de las cruzadas con su escudero. En el camino encuentran la peste que está asolando el territorio. De repente la Muerte se le presenta al caballero, quien desea un plazo, no porque tema morir sino porque quiere un poco de conocimiento. La Muerte le permite jugar con ella al ajedrez, pero no está en capacidad de darle respuestas. Una familia de juglares, un clérigo desalmado, una muchacha acusada de brujería y otros personajes son los últimas encuentros del caballero antes de llegar a su castillo” (aquí podéis leer como se le ocurrió la historia a Ingmar Bergman).

Ese mismo año, 1955, estrenaría Fresas salvajes Smultronstället ) uno de sus trabajos más admirados junto a otros que le siguieron como Persona Manniskoätarna ) de los años sesenta,Sonata de otoño Höstsonaten ) de los setenta y su última película, Fanny y Alexander (1982), que ha sido considerada como el testamento artístico de Bergman. Hasta ahora que nos llega Sarabandy habrá que ver si no será considerada el nuevo testamento del director sueco.

Ingmar Bergman dijo más de una más vez, que tras Fanny y Alexander , hace ya más de veinte años, no esperásemos más películas suyas: su relación con el cine había terminado definitivamente.

Sin embargo, y afortunadamente para su público, se retractó de su declaración o, si se prefiere decir, de su amenaza (a no ser que imágenes en movimiento, fotografiadas, compuestas y montadas con un sentido artístico y visual evidente, concebidas como acciones dramáticas destinadas a la televisión, no se consideren relacionadas con el cine.)

 

Lo mismo dijo de Saraband , una obra estrenada recientemente en la televisión sueca. Pero esta vez existen sólidas razones para creerle, no sólo porque Bergman haya cumplido 85 años. En esta película, uno tiene la intensa impresión de estar viendo un epílogo de su existencia…” (Fuente).

En Saraband , dos personajes, Marianne (Liv Ullmann) y Jo-han (Erland Josephson), vuelven a encontrarse después de haber permanecido separados treinta años. De pronto, Marianne siente la necesidad de ver de nuevo a su ex-marido. Deci-de ir a visitar a Johan a su antigua residencia de verano situada en la provincia de Dalarna. Así, un precioso día de otoño, se coloca al lado del sofá reclinable y le despierta con un beso de buenos días. En la casa también pasan el verano el hijo de Johan, Henrik (Börje Ahlstedt) y la hija de éste, Karin (Julia Dufvenius).

Henrik imparte clases de violonchelo a su hija y tiene planes de futuro para ella. Las relaciones padre-hijo son tensas, pero ambos son protectores con Karin. Guardan luto a Anna, la querida mujer de Henrik, que murió dos años antes, pero que sigue aún presente en sus vidas. Marianne no tardará en darse cuenta de que las cosas no van tan bien, y se ve envuelta sin quererlo en una complicada e incómoda lucha por el poder.

Sin duda un argumento atractivo que lamentablemente parece la despedida definitiva de Ingmar Bergman del cine. Esperemos que nos deje un buen sabor de boca….

Jennifer Rey Pangalangan
para www.cineactual.net